lunes, 27 de febrero de 2017

Flor del Desierto

 Enya - So I Could Find My Way 

 Sólo quiero ser una flor del desierto...

Mio caro Dio... no soy nada más allá de una pequeña persona en este enorme mundo, me equivoco, me caigo, hago cosas mal o digo lo que no debo. No actuo como debería y conociendote no hago lo que me acercaría más a ti. No creas de pronto que es falta de amor o confiar en tu cariño, pero me siento como alguien lleno de lodo queriendo entrar a donde acadas de limpiar y se siente mal de buscarte.

No tengo la pureza de las virgenes, la sabiduria de los doctores ni el ardor de los martires, no soy listo ni se que decir pues no he estudiado tanto, lo que conozco debe ser una parte minima de la verdad de la realidad y puede que este equivocado, no soy fuerte, ni grande, solo soy yo... Te han amado a lo largo de los siglos, apostoles, confesores, patriarcas, virgenes, martires, profetas, ascetas, tantos santos.. Mi Dulce Dios, yo no soy uno de ellos y lo sé. No soy una rosa o azucena cultivada en terreno sagrado, no soy una flor mágica que destile su perfume de santidad cerca de ti, no soy una de esas flores que destacan en un jardín, no fui desde mi infancia nutrido en tu gracia (aunque si educado), me he equivocado y he pecado, he rehusado cosas por conocer al mundo y a las personas, y pese a todo, esta yerba mala te voltea a ver y quiere quererte tanto, pero no se como.

Mi Dulce jardinero, no soy eso, soy una flor que crece entre el lodo buscando el sol que eres Tú, soy como una flor de pantano que para crecer necesita el agua espesa y lodosa, soy como la flor del desierto que florece después de mucho esfuerzo y una vez de vez en cuando, déjame serte fiel y amarte en la humilidad de mi estado, así sea una mala hierba en el mundo, hasta a las malas hierbas les das lluvia y agua. Tú que me creaste ten misericordía de mi como diria Santa Thaïs.

Aún siendo tan hermoso como un serafin, palideceria ante tu mirada. Te brindo lo que tengo y te pido que me ayudes a hacerlo crecer, bien me enseñas Dios mio que es el pasto el que afianza la tierra, no las flores, que la flor se nutre de lo fuerte de sus raices, déjame ser entonces el pasto que se aferre a la tierra que viene de ti.

Es probable que en mi vida jamás sepa lo que es un extasis de santidad, así que déjame amarte cada que beba agua, cada que reciba el sol, cada que pise el suelo y lo sienta con las plantas de mis pies, cada que respire, que me mueva o baile, quiza no sepa lo que es amarte en un santuario, convento o seminario, pero déjame amarte al caminar por la calle, y ser como el pasto... para aunque sea sin flor pueda si me das permiso, entrar a tu jardin y estar en la eternindad juntos.

La humanidad busca un Eden sin ver su propio mundo, yo pienso Dios mio que no quitaste el Eden, solo nublaste la mirada para no ver lo que se tiene enfrente. Si es así, y no teniendo nada que ofrecerte pues no tengo nada, ¿qué se le puede dar a un Emperador?... pero al decirte esto me recuerdas que fuiste pobre coo yo, así que déjame compartirte como a los pobres, brindarte mi mesa, mi abrazo, agua y pan, consuelo y una cobija, compañia y alegría... darte mis regalos de pobre pues quisiste ser pobre como yo y quiza más allá de por humilidad, porque así es como se es verdaderamente feliz. No necesitando más allá de lo necesario y siendo feliz así aún buscando mejorar y crecer.

Déjame ser esa flor de desierto, un diente de león, pasto o yerba mala, quiza hermoso como Camelia pero sin aroma. Pues decidiste que esas plantas puedan curar cosas, que ayuden a las demás. que equilibren el ambiente, quiza no sea bello,  útil o listo en muchas cosas del mundo, pero tú sabes porque me plantaste aquí.

No quiero pretender lo que no soy... pero si quisiera que siendo lo que soy te hiciera feliz. No porque no seas pleno sin mi, sino porque te quiera yo tanto que quiera hacerte reir. No porque sea bueno y me sienta cerca de ti, sino porque reconozco que te necesito. Hasta los perritos se comen lo que cae de la mesa de los años, las plantas reciben el agua que alcanzan gustosas. Acuerdate de esta flor del desierto que tiene sed y se disculpa contigo por tener espinas, ser pequeña y no florecer.

Quiero amarte tanto Dios mio que pueda regalarte una sonrisa y hacerte sonreir... Así cuando me marchite podré irme en paz sabiendo que pase lo que pase y decidas lo que decidas, me regalaste sonreir por mi.  Las galaxias y universo te alaban y en ellos te regocijas, permitele a esta yerba del campo, a esta flor del desierto darte un motivo para sonreir.

Se que no soy... pero de arrepentidos esta lleno el cielo, hazme en mi estado poder servirte y aún cómo pasto, poder entrar al jardín del cielo Contigo y Mamá.

Texto original Dic. 2015
http://jean-cygtier.blogspot.mx/2015/12/flor-del-desierto.html

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