lunes, 27 de febrero de 2017

Quiera yo

Quiera yo

El peor error de un cristiano es olvidar quien es, de quien es hijo, hermano y creación predilecta. Que mis errores sean lo que de forma al diamante de mi alma, que de ellos aprenda y con tu ayuda sea una gema más en tu gloria.

No olvidar quien se es, aún cuando se encuentre uno sumergido por el pecado sigue siendo hijo de un rey. Un rey misericordioso que es feliz de proteger y perdonar a quienes confian en su misericordía.

No olvidar quien se es, que lo que se ha hecho fue cargado en nuestro pasado, por Aquel que esta fuera y más allá del tiempo. No dejar para el final ese recuerdo es necesidad de quien necesita esperanza para seguir. Se perdona a quien perdon quiere, inclusive a quienes creen no merecerlo, pues son quien más lo necesitan, ña justicia estará esperando junto a la misericordía a quien se refugie a tiempo en ella, entiendiendo que en la misericordia de Dios pone Su Corazón en la miseria humana.

QUiera no ofenderte Dios mio por amarte tanto que duela, que mi pecho se hinche por un corazón tan grande que no quepa dentro de él y que su sostengas, sino mi frágil cuerpo no resistirá. No dejes que olvide quien soy y quien eres. Que el primer engaño es que no se confie en el amor de Dios.

Levántate alma y recuerda a quien por amor hizo tanto, lo hizo lo conserva y lo protege. La planta que confía en el jardinero puede saber que los cortes son para su salud. El barro se hornea y quema para que sea más bello y fuerte, el hilo se tuerce para darle resistencia, la piedra se moldea según se requiera para construir con ella. No he de temer en las noches donde me sienta indigno de verte o que me veas, pues aún en mi estado confío cuidarás de i como de las aves del campo. A un hijo prodigo que quiza por vergüenza, tristeza o enojo no se acerca a tí.

Déjame no acercarme a tí como un pordiosero, déjame que no sea como un pecador que llora sus fallas nada más, sino que vaya hacia tu encuentro como el humanito que necesita a su creador porque tiene frio. Porque el sentirse solo hela, el no tener esperanza congela y el no tener fe hace que el calor del cuerpo se vaya. Sólo el amor calienta a quien tiene frio, y ¿qué calor más grande que el amor de un Dios que se hace pequeñito para estar junto a su criatura y verla atravesar la vida?

Quiera yo ir a tu encuentro como un hijo que necesita un abrazo. Y quererte tanto que no se me olvide quien soy. Y que me quieres.

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